Primera historia: El amanecer. Comienzo de una vida feliz.

¡Hola a tod@s!  Esta, es la primera historia que escribí y es muy especial. Tendría sobre unos 14 o 15 años.Como podréis comprobar, está influenciada e inspirada por los vampiros de Crepúsculo. Sin más dilación: ¡Disfrutadla!



El amanecer. Comienzo de una vida feliz.





Todo estaba oscuro, los enormes árboles no dejaban ver luz alguna. Solo se oían las espadas al chocar. Esta hubiese sido una noche normal, tranquila, de no ser por la encarnizada lucha que tenía lugar en un pequeño claro en medio de ese oscuro y frondoso bosque. Allí, la luz de la luna iluminaba ese claro, las sombras de los árboles proyectadas sobre el suelo parecían demonios ávidos de sangre, los luchadores se escondían entre estas y salían para dañarse mutuamente, al lado de ellos, frente a un chopo yacía el cuerpo inerte de una bella chica, sumida en la inconsciencia. La chica ajena al desarrollo de la batalla, esperaba que su amor ganara y la sacara del infierno que le había tocado vivir. Dos luchadores, un preciado trofeo ¿cuál sería el resultado?

·         Estás cansado William.- Dijo uno de los luchadores con tono de burla.- Retírate y no te mataré ¡pequeño estorbo!

·         Ni lo sueñes.- Respondió el aludido- No dejaré que le hagas más daño a Jaqueline.

El primer luchador frunció el ceño con enfado, tenía el pelo rubio, corto, con la raya a un lado, unos ojos azules color cielo muy bonitos, era alto delgado de constitución fuerte, aparentemente más fuerte que su contrincante y con nariz respingona. Éste era alto, castaño, con los ojos color café, la nariz recta, con músculos fuerte pero muy delgado, ambos tenían la tez blanca como la cal, eran sumamente atractivos y tenían un manejo de la espada impresionante.
La lucha siguió durante varias horas más hasta que al fin, las dos espadas saltaron por los aires, quedando clavadas en el suelo a varios metros de sus dueños. William con un hábil movimiento esquivó el puñetazo que el rubio pretendía darle, con una rapidez asombrosa se puso detrás de su oponente y le derribó de una patada. Los ojos de William se pusieron rojos como la sangre, sin previo aviso saco sus colmillos y despedazo el duro cuerpo de granito de su oponente. Después de ello, sacó su mechero y le prendió fuego a los trozos del vampiro vencido, que ardieron como la Helena.

William se acercó a la chica y la tomó en brazos, corrió a través de los árboles con gran agilidad, fue en esos momentos cuando la chica abrió sus bonitos ojos verdes, vio la cara de su ángel que estaba corriendo,  entonces se asustó.

-      ¿Qué ha pasado?- Preguntó temerosa y exaltada.

·         Nada, cariño.- respondió William, con una dulce sonrisa en sus labios-Tranquila Jacqueline, ya eres libre, he vencido.

Jaqueline suspiró con alivio, cerró sus ojos y se puso a recordar lo sucedido antes de que cayera inconsciente.

Ella estaba en la gran mansión de su amo, al lado del bosque. No sabía cómo, pero quería escapar, necesitaba escapar, ya no soportaba más malos tratos. Sin embargo no sabía cómo hacerlo, así que muy a su pesar le pidió ayuda a su amado vampiro, William. Ese mismo día huiría, por la noche, se adentró en el bosque. Estaba a punto de llegar al lugar donde se había citado con William, pero en el claro del bosque fue interceptada.

·         Así que intentando huir.- Dijo su amo.

·         Amo Paul yo...-Empezó a decir la joven. No pudo acabar la frase porque fue brutalmente golpeada por su amo.

·         Ahora aprenderás que no puedes huir y menos con William.- Dijo Paul.

Fue golpeada numerosas veces más, tenía cortes por todo el cuerpo, fue estampada contra un chopo, su amo le iba a dar el golpe de gracia con la espada cuando apareció su William y la defendió con su espada Él se enfrentó contra su amo mientras que ella, cayó al suelo sumiéndose en la inconsciencia. Ahora que ella despertaba, William le había dicho que todo había acabado, que ella por fin era libre.

Jaqueline dejo de pensar al notar como el viento le azotaba la cara y le revolvía los cabellos. Los dos se encontraban al otro lado del bosque, Jaqueline recostada contra un bonito roble, en frente de un enorme lago de aguas cristalinas. Aunque, al ser de noche esto no se apreciaba, a un lado había una casa inmensa, se podría decir que otra mansión. Sin embargo, esta era mucho más grande que la de su amo, era la casa de su amado.

Por su parte, William se marchó a su casa y en escasos minutos regresó con vendajes y otros utensilios para curar a Jaqueline. Empezó a curar las heridas con amor, le hizo una escayola para su pierna y brazo rotos. Después, la abrazó delicadamente y le beso con amor su frente. Los dos se encontraban sentados en las raíces del gran roble y apoyados contra el tronco de este.

·         William, ¿crees que al fin podremos estar juntos?-Dijo ella mirándole a los ojos.

·         Sí, ahora seremos felices.- Respondió este mirándola dulcemente.

·         Jaqueline ¿puedo preguntarte algo?- Pregunto nervioso.

·         Claro.

·         Bueno, esto... Perdona por no llevar anillo pero, ¿quieres casarte conmigo? Yo... te amo.

Jacqueline se quedó en estado de shock unos minutos, por lo que William empezó a preocuparse.

·         Claro que me casaré contigo, es lo que más deseo.- Dijo ella con una sonrisa que irradiaba felicidad-Pero, ¿Cómo puedo pagarte lo que has hecho por mí?

·         Con que estés a mi lado para siempre, me basta.

·         ¿Solo eso?-preguntó Jaqueline incrédula.

·         Eso es suficiente, suficiente para siempre.

William levantó la cara de Jaqueline y presionó sus labios con dulzura. Jaqueline apoyó su cabeza contra el frío pecho del chico, éste le acarició los pómulos con ternura, mientras ambos caían en los amables brazos de Morfeo. Allí, mientras amanecía, se observaba como dormían los dos amantes, apoyados contra un árbol, abrazándose, sin poder imaginar la felicidad posterior que vivirían a aquella terrible noche.

Espero que les haya gustado, si bien, es un poco corta pero bonita. Si me dieran su opinión, me harían muy feliz. Un saludo y besitos a tod@s.